Los hermanos Grimm eran unos fieras, Perrault un figura y Calleja un maquinote, pero seamos honestos: ya está bien. Estamos todos de Caperucitas, Blancanieves y del condenado sastrecillo valiente hasta la coronilla. Las versiones modernas tampoco son para tirar cohetes, cuando no manifiestamente peores (sin ánimo de ofender). ¿Por qué no tomar las riendas de una vez y contarles a tus hijos tus propios cuentos?
¿Que no te atreves? Jo, ni que los niños fueran el jurado del premio Planeta. Aunque no consideres la creatividad como tu punto fuerte, seguro que a estas alturas has leído suficientes cuentos (y visto suficientes
películas, y oído suficientes canciones) como para saber cómo es la estructura básica de un cuento y tener un buen repertorio de ideas a mano, aunque ahora mismo no te des cuenta.
En todo caso, vamos a darte un empujoncito con unas cuantas ideas para montarte un cuento casi sobre la marcha. Algo de estructura, unas pinceladas de imaginación y los ingredientes de toda la vida son suficientes para rematar a las mil maravillas los largos días con tus niños de una forma memorable que os acerque todavía más. Además, es una gran forma de conseguir que a nuestros hijos les guste la lectura.
Personajes, argumento y moraleja
La estructura básica de un cuento es sencillísima. Un buen cuento sólo necesita una cosa: la moraleja, o sea, la enseñanza que quieres dar a tus hijos. Alrededor debes crear un nudo o conflicto (el momento álgido), unos
personajes y una ambientación (dónde y cuándo ocurre la historia). La historia desemboca en la solución del conflicto, cuando se manifiesta la moraleja.
Si lo que te fallan son las ideas, hay muchas formas de arreglarlo. Hay por ahí unos dados (se llaman story cubes. Si no, un recurso muy sencillo pero efectivo: pídele a la audiencia tres palabras para incluir en el cuento y construirlo en torno o a partir de ellas. En todo caso, para encontrar el nudo y/o la moraleja asociada te sugeriría que buscases a tu alrededor, en las vivencias inmediatas de tus hijos.
Ya tenemos moraleja (si mientes mucho no creerán tus verdades, por ejemplo), nudo (el lobo ataca el rebaño de Pedro) y personajes (Pedro y el lobo, evidentemente). Recuerda el orden clásico de cualquier historia: introducción, nudo y desenlace. Empieza con un rotundo “Érase una vez…” ¿Qué o quién se era, dónde, cuándo? Hechas las presentaciones, tendrás que orientar la historia hacia el nudo, el punto clave, el momento de
tensión. Y luego sólo queda deshacer el nudo de una manera que encaje con la moraleja.
Como todo relato, cuanto más sencillo, mejor
Si el problema es ir inventando una historia solvente y más o menos atractiva sobre la marcha, hay muchas fuentes de inspiración. Tu propia vida es una de ellas; las vivencias personales que tú consideras tirando a sosas a tus hijos les parecerán tremendas aventuras. Y no dudes en saquear el repertorio de películas, series, libros que recuerdes. ¡Si no cobras por ello no es delito!
De cualquier forma, no te compliques demasiado la vida, sobre todo las primeras veces. Los clásicos nunca fallan: una aventura para rescatar a un amigo de las garras de un troll con ayuda de un anillo mágico es un éxito seguro. O piensa en la Ilíada. También puedes usar como andamio cuentos ya existentes: ¡atrévete con un spin off de las aventuras del genio de la lámpara de Aladino en la aldea gala de Astérix!
En todo buen cuento la puesta en escena es fundamental. Se supone que estamos contando cuentos para dormir, así que no te vas a poner a dar saltos por la habitación, digo yo, pero sea como sea la entonación, en ritmo y los silencios son importantes. Cada personaje tendrá su propia voz, ayúdate de acentos y cosas parecidas para que te sea más fácil.
Contar historias es un arte (u oficio, no sé) que se perfecciona con la práctica, así que no queda sino ponerse a ello. Cada vez te saldrá mejor, te lo garantizo y seguro que hace que tu hijo se aficione a leer. Eso sí, acuérdate de lo que has contado la primera vez, seguramente te lo vuelvan a pedir; y, entonces, más te vale clavar la historia original…
FUENTES:
https://www.mensaforkids.org/teach/lesson-plans/the-art-of-storytelling/