En el informe PISA de 2012 los resultados de estudiantes españoles en comprensión lectora fueron significativamente inferiores al promedio de los países de la OCDE. España ocupa el puesto 23 en el listado de los 34 países de la OCDE. Pero no solo los estudiantes obtuvieron malos resultados, los adultos españoles muestran un dominio por debajo de la media en comprensión lectora y matemática comparado con los adultos de otros países.
El entrenamiento de la competencia lectora es una de las herramientas más importantes para garantizar el éxito académico y evitar el fracaso escolar. La comprensión lectora es esencial para el aprendizaje, ya que permite que los niños adquieran nuevos conocimientos y avancen en su etapa escolar. A muchos niños les resulta difícil extraer y comprender lo que leen, así como interpretar y reflexionar sobre lo que han leído. Por ello es fundamental que desde casa no solo fomentemos el hábito lector de nuestros hijos, sino que hagamos hincapié en que comprendan y reflexionen sobre lo que han leído.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro hijo a mejorar la comprensión lectora?
1. Fomentando el hábito lector
La comprensión lectora mejora con la práctica. Lo ideal es que desde casa fomentemos el hábito de lectura desde pequeños, reservando un rato cada día para dedicarlo a la lectura. Cuando son muy pequeños podemos usar este espacio para contarles cuentos y conforme vayan creciendo animarles a que lo vayan haciendo ellos solos. Si el niño ve que la familia disfruta de la lectura a su alrededor, su motivación para leer se verá reforzada.
Evitaremos elegir momentos en los que el niño esté cansado, hambriento o jugando y en ningún momento forzaremos al niño a leer.
2. Jugando a juegos de lectura
Podemos entrenar poco a poco su comprensión lectora a través de juegos como:
Ordenar la frase. Escribimos una frase en un trozo de papel y recortamos las palabras que la forman. El juego consiste en ordenar la frase para que tenga sentido.
La frase crece. Comenzaremos con una frase corta como “el niño juega en el parque” e iremos añadiendo elementos hasta hacer una pequeña historia: “el niño juega en el parque con sus amigos pero hace frío y se van a casa”. Podemos tener frases ya escritas para elegir o hacerlo mentalmente.
Encuentra la palabra fantasma. Para jugar necesitamos un texto, adaptado a la edad de nuestro hijo y cubriremos con un trocito de papel o cinta adhesiva varias palabras que sean fácilmente deducibles por el contexto de la historia. Le pediremos a nuestro hijo que adivine qué palabras faltan.
Acaba la historia. En este juego, leeremos el principio de un relato o un cuento y tendremos que imaginar diferentes finales para terminarlo.
3. Usando nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de trabajar en diferentes plataformas y hacer divertidos la práctica y el aprendizaje, sobre todo para los niños. El método Leobien de Supertics, es un refuerzo de la comprensión lectora para niños de primaria en el que a través de actividades diarias, el niño trabaja todos los niveles que participan en el proceso lector, entre ellos la memoria, la atención, la secuenciación, la velocidad lectora y la comprensión (literal, inferencial, pragmática y crítica).
4. Aprovechando cada situación
Ya estemos cocinando o decidiendo qué comer en un restaurante, podemos pedir a nuestro hijo que nos ayude leyendo la receta o que nos lea el menú en voz alta. Podemos ir haciéndole preguntas sobre lo que ha leído para fomentar la comprensión.¿Cuántos gramos de azúcar tengo que poner al pastel? ¿El primer plato de pescado era merluza o salmón? Intentaremos aprovechar al máximo cualquier lectura de la que podamos extraer datos para usarlos en el momento.
5. Con sus propias palabras
Podemos pedir a nuestro hijo que haga un pequeño resumen de un texto que haya leído, una película o que nos cuente con sus propias palabras de qué trataba. Si la noche anterior leyó un ratito podemos pedirle que nos cuente qué leyó e ir haciéndole preguntas para indagar si ha comprendido la historia.
6. Ilustrando lo que lee
Podemos pedir a nuestro hijo que haga un dibujo sobre algo que ha leído o sobre algún texto corto que tengamos a mano. Le pediremos que lo lea e intente dibujar con detalle si se mencionaba algún color, animal o estación del año… También podemos leerle un cuento o relato y pedirle que vaya dibujando a medida que lo vamos leyendo.
7. Pequeños lectores motivados
A nadie le gusta leer un libro que no le despierta ni el más mínimo interés. Para evitar que nuestro hijo lea con desgana y sin motivación, escogeremos lecturas adecuadas a su edad y sobre temas que le resulten interesantes. Lo mejor es planear juntos una visita a la librería o ver novedades de libros una página web y que escoja los que más le gusten.