“Las tecnologías son un medio, son el sobre para conseguir enviar la carta. Lo importante es lo que va dentro del sobre”.
Inauguramos una nueva sección de entrevistas a expertos en educación y no podíamos contar con un mejor primer invitado.Javier Tourón, Catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y Doctor en Ciencias de la Educación y Ciencias Biológicas y Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR.
Desde aquí le agradecemos que haya encontrado tiempo para responder a nuestras preguntas y os invitamos a visitar su web y leer más sobre el uso de la tecnología en educación en sus artículos Tecnología en la escuela: ¿uso o integración? y sobre la importancia de entender la tecnología como una oportunidad, no una moda en Enseñando con tablets: ¿moda u oportunidad?.
Sin más preámbulos, os dejamos con sus respuestas:
¿De qué modo considera que las nuevas tecnologías pueden transformar la forma de enseñar y de aprender?
De manera radical, pues permiten que el profesor y el alumno cambien sus roles. Ya no es preciso que el profesor sea la única fuente de información, ahora los alumnos pueden con sus dispositivos acceder a múltiples recursos educativos, muchos de ellos en abierto. Incluso pueden ser productores de contenido, fomentar el desarrollo de su creatividad, etc.
El profesor ya no será el “sabio sobre el escenario” si no el “guía al lado del alumno”. Esto significa que profesor y alumno se convierten en cómplices en una aventura conjunta.
Los alumnos deben asumir su propia responsabilidad en el proceso de aprendizaje.
Esto exige una formación tecnológica y pedagógica importante en los profesores, pero también en los alumnos que deben asumir su propia responsabilidad en el proceso de aprendizaje. Resumiendo, la tecnología como medio, puede facilitar que la escuela se convierta en un centro de aprendizaje, más que de enseñanza, con lo cual estamos destacando la importancia del alumno y su trabajo personal.
En la afirmación “La educación alcanza el éxito cuando el rendimiento está a la altura del potencial del niño, no cuando es el mejor de la clase”. ¿Crees que el sistema educativo actual saca el máximo potencial de los alumnos?
Desde luego que no. Y ello por varias razones: en primer lugar la escuela, al estar excesivamente centrada en el profesor y sus explicaciones, el foco es el alumno medio, la clase, pero no cada alumno singular con sus necesidades, motivaciones, intereses y particular velocidad de aprendizaje. En el modelo tradicional de escuela el tiempo es una variable fija (el curso, por ejemplo) y el aprendizaje es variable, cada uno aprende lo que puede en ese tiempo. El modelo de escuela más centrado en las competencias y la tecnología hace el tiempo variable, pues se aprende al propio ritmo y con la velocidad y profundidad que cada uno puede, el aprendizaje es fijo, en el sentido de que un alumno no pasa al tema siguiente hasta que domina el anterior. Todo un giro copernicano, como se comprende.
¿Qué lugar debe ocupar el docente en tanto tutor o guía del estudiante?
El profesor ahora es más importante que nunca, pues se convierte en guía del alumno. Ya no se limita a explicar unas lecciones que previamente ha preparado, lo que está bien pero es insuficiente. Ahora se convierte en un asesor, en alguien que abre camino, que invita a explorar, que enseña a preguntarse, que fomenta la creatividad en la búsqueda de soluciones a problemas quizá reales. Que promueve el aprendizaje profundo.
¿Es posible motivar a un niño a ser responsable de su propio aprendizaje?
Claro, pero es preciso salir del contorno limitado del libro de texto. Es posible gracias a la tecnología ya que abre muchas ventanas, entrar en muchos museos, visitar muchas ciudades, etc. Pero es preciso sugerir, no hacer por ellos. Aquí se cumple aquella máxima de que toda ayuda innecesaria es una limitación. Y en ocasiones da la impresión de que los padres y los profesores no confiamos en nuestros hijos o alumnos, que no les consideramos capaces más que de escuchar.
Cuando ponemos el aprendizaje en manos de la acción, de su acción, la motivación cambia de manera radical. Ahora bien, ha de aceptarse que los alumnos se motivan de forma diversa, sus intereses no son los mismos, sus estilos de aprendizaje o sus modos de exponer lo que saben pueden ser diferentes. En este sentido los profesores deben estar abiertos a las diferencias y no pretender que todos hagan lo mismo al mismo tiempo.
¿Qué papel cumple la familia en el proceso de inclusión de las nuevas tecnologías?
Las tecnologías son un medio, son el sobre para conseguir enviar la carta. Lo importante es lo que va dentro del sobre. En este sentido el papel de la familia es cooperar en el uso educativo de la tecnología y en la adecuación de los recursos a los objetivos educativos que se persigan, idealmente en común con la escuela.
Ciertamente la coherencia entre familia y escuela es esencial para no someter a los alumnos a conflictos que no estarán preparados para resolver. La tecnología es un medio más, como lo fue el cuaderno y el bolígrafo o la pizarra que usamos en su día.
La escuela, los profesores deben explicar a las familias la naturaleza y objetivos de las actividades que los alumnos habrán de realizar, asistidos por la tecnología, como ocurre con el caso de la enseñanza inversa, por ejemplo.