Pues sí, otra vez; diciembre, navidades, luces, consumismo, cenas familiares y demás parafernalia. Y, cómo no, los típicos posts acerca de “qué comprarles a tus hijos esta Navidad” y “los mejores regalos de Navidad para niños 2018”. Me vais a permitir que me lo salte, por favor. No, otra vez, no. El que busque ideas para regalar a los niños, que se busque otro blog, así de sencillo.
Lo que no quiere decir que el tema tenga por qué agotarse ahí. Ayer me topé con esta “noticia” que mola bastante. Os doy el titular y os dejo el link, por si os interesa: una madre compra una araña que se activa y mueve a base de gritos (Yellies! se llaman y lo están petando, parece), el niño se asusta y… imaginaos la escena. Tranquilos, que luego el niño contraataca.
Claro, me hizo pensar en si habrá ciertos regalos apropiados e inapropiados para los niños. No por las habituales cuestiones de violencia o género, que está claro que sí, que hay cosas que deberían estar directamente prohibidas, y sus responsables juzgados en la plaza pública. Me refiero a otro tipo más insidioso de regalos inadecuados…
Regalos que fomentan… que compremos más regalos
No sé si os habéis parado a pensar alguna vez en los señores que diseñan juguetes. En qué piensan cuando diseñan un juguete. Alguno habrá por ahí, no voy a negarlo, que piense en las cualidades educativas de lo que está haciendo, o si resulta entretenido y estimulante, que también es lícito. La mayoría seguro que piensa en cómo vender muchos juguetes.
¿Paranoia? No te digo que no. Y sin embargo, ¿cuántos juguetes hay que requieren que compres más accesorios, complementos y suministros? Las muñecas y sus interminables colecciones de accesorios, las consolas que devoran videojuegos, los muñecos que interaccionan entre ellos (y que se venden por separado, claro), los LEGO que devienen piezas de coleccionismo… ¿Casualidad…?
Por no hablar de las referencias a los objetos del deseo de los adultos. Los juguetes que parecen smartphones de última generación, las reproducciones de prestigiosos coches deportivos, los drones (el último juguetito para adultos). Eso, vamos preparándolos ya para que sepan lo que a lo que tienen que aspirar cuando sean buenos consumidores adultos.
Y luego está el duro trabajo de merchandising que nos llega de Disney (por mentar al diablo) y demás industria audiovisual. Fíjate un poco y verás cómo la peli para niños de turno que haga furor estas navidades lleva aparejada una buena retahíla de productos que encontrarás… Pues en el mismo centro comercial donde has ido a ver la peli. Sí, es coincidencia, seguro; nadie puede ser tan maquiavélico, ¿verdad?
Regalos que fomentan en atontolinamiento colectivo
Creo que el subtítulo deja claro a lo que quiero referirme. Más o menos estaremos de acuerdo en que nuestra sociedad tiene grandes defectos. Los juguetes que prorrogan esos defectos y los envían corregidos y aumentados a la siguiente generación me ponen los pelos de punta. Si alguien se ofende, lo siento.
No es que todos los juguetes que aparecen aquí o aquí (he escogido las dos primeras páginas que me han aparecido en Google, una de ellas una web que respeto bastante, serPadres) sean escoria, ni mucho menos. Pero fijaos bien, con honrosas excepciones todos transmiten varios tufillos… Estímulos exagerados, mucha automatización, ideas simplonas (ver CacaChaf!!!) y los estereotipos de siempre.
Compáralos con estos otros, sin ir más lejos; ¿qué dirías que es lo más importante en estos juguetes? ¿La madera? ¿La sencillez del diseño? No. El niño. Lo más importante es el niño y su imaginación; los juguetes son sólo ayudas, apoyos, pero lo importante es el niño. ¿Te parecen juguetes aburridos? Mejor, de eso se trata.
Pues eso. No nos vamos a poner talibanes, pero no por regalar mucho o lo último estamos haciendo un favor a nuestros niños. Si quieres seguir mi consejo, piensa en un regalo DIY, o en reciclar un juguete de tu infancia o… Atiende a la locura… ¿Y si este año jugamos a saltarnos el regalo de Navidad?