Eso de entender lo que se lee es uno de los problemas más habituales entre los niños españoles. O más bien, del sistema educativo español. O tal vez de la sociedad española. Bueno, vamos a dejar de tirar piedras a tejados y analizar lo que dice el informe PIRLS 2016 (Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora; aquí se explicaba muy bien lo que es) sobre qué tal leen los niños españoles de 10 años.
El resultado es… bueno, como todo, depende del color con que se mire. La autoridad española resalta que hemos mejorado quince puntos nuestra calificación anterior, la de 2011; voces críticas inciden en que estamos doce puntos por debajo de la media de la OCDE. Hablamos de 528 puntos, así que doce o quince puntos no es una variación dramática.
Cierto es que hemos mejorado en términos absolutos; poco, pero algo. Pero claro, para entender cómo va la cosa hay que recurrir a métodos comparativos. Si miramos a nuestro alrededor geográfico deberíamos ponernos colorados frente a Portugal (que pierde trece puntos respecto a la evaluación de 2011 y empatamos) o Italia, por no hablar de países ex soviéticos como Rusia, la campeona absoluta, pero también Polonia, los países bálticos, Bulgaria, Hungría, Chequia y Eslovaquia…
Aprobamos, pero sin tirar cohetes
De hecho, y aunque tendemos a compararnos con otros países de la OCDE (o sea, con el “mundo desarrollado”), el ejemplo no lo dan necesariamente los países ricos: la mejor de la UE es Irlanda; Francia se desploma; Bélgica, especialmente la parte valona, todavía peor; y Noruega mantiene sus malos resultados, contrastando con el resto de Escandinavia.
No deja de llamar la atención que, salvo excepciones, los países eslavos, considerados “de segunda fila” por la civilizadísima Europa Occidental, puedan darnos lecciones a casi todos; y no se trata de una cuestión de presupuesto, como podemos comprobar. Se trata seguramente de cobrar consciencia de la importancia de la comprensión lectora para tener un espíritu crítico e independiente.
Dentro de España… Madrid, Asturias, La Rioja y Castilla y León son los primeros de la clase, por encima de la media. Andalucía, Cataluña y País Vasco están por debajo (no hay datos para el resto). Otros datos sobre nuestro país: a nuestros chavales les gusta leer más que a la media europea y se ha reducido a la mitad la proporción de alumnos rezagados (del 6% al 3%), lo que nos deja mejor que la media europea.
Mal de muchos…
Claro que esto de mirar a los demás para ver si vamos bien o mal también tiene sus problemas. De hecho, los autores del informe fijan el nivel “alto” entre 550 y 625 (que sólo alcanzan 11 países) y el nivel “avanzado” de ahí para arriba: ahí no llega nadie. Lo que quiere decir que hay mucho por mejorar todavía…
Son muy interesantes otros datos que ofrece el informe acerca del propósito de la lectura, diferenciando si predomina la experiencia literaria o la adquisición de información; y también evaluando dos procesos de comprensión (“obtener información y conclusiones”, por un lado, e “interpretar, integrar y evaluar”, por otro). En España nuestros hijos rinden de forma muy pareja en ambas cuestiones.
Y no podemos dejar de mencionar, sin entrar en ello porque sería muy laaargo, que en el estudio se relacionan los resultados de los alumnos con su situación socioeconómica y cultural familiar. Titulares:
- no hay una relación clara entre tener padres más estudiados, con una ocupación más “ilustrada”, más recursos domésticos o más libros en casa con el resultado por países (aunque sí por individuos).
- España muestra una gratificante equidad y un sistema educativo que minimiza las desigualdades sociales.
Nos quedamos con la idea de que España, como se decía en mis tiempos, “progresa adecuadamente”. Sin embargo, como también decían mucho los profes de mis años mozos, no sé ahora, nada de dormirse en los laureles, que luego viene el crujir de dientes. Mucho fomento, algo de apoyo técnico y dar ejemplo, los aportes que todos podemos hacer.
Fuentes: Informe PIRLS | Ministerio de Educación España queda 12 puntos bajo la media | ABC