Hace tiempo publicamos un artículo preguntándonos qué les gusta a los niños de hoy en día, y llegábamos a la conclusión de que, en el fondo, les gustan las mismas cosas que nos han gustado a todos los niños, más o menos, generación tras generación. Ahora pienso que tal vez me equivocaba. ¿Habéis oído hablar del unboxing?
Yo no, hasta que me he puesto a redactar este artículo. Para los que puedan estar leyendo esto y tampoco lo sepan, a los que el presente les pasa por encima, como a mí, diremos que se trata de ver a otras personas abriendo cajas. Cajas, paquetes, envoltorios en general. Sin saber lo que hay dentro, se entiende. Ver su reacción es la parte atractiva.
Hoy nos preguntamos por qué nos gusta tanto (y en especial a los niños) ver vídeos de unboxing, y cada vez más. Se han convertido en auténticos éxitos en plataformas de vídeo como YouTube, con millones de reproducciones. Un ejemplo. Tiene un trasfondo psicológico fácil de entender y que dice mucho acerca de nuestra retorcida evolución como especie inteligente.
En el unboxing, el contenido es muchas veces lo de menos
Si no has visto uno, son vídeos realmente sencillos; simplemente, una persona abre un paquete, muchas veces juguetes, con más o menos entusiasmo. Con frecuencia los protagonistas son niños. Al parecer el primero de estos vídeos data de 2004, y por entonces lo llamaron unpacking. Tanto da. Era una consola. También da igual; es el fenómeno lo que nos interesa…
En realidad, no es difícil de entender, porque más o menos a todos nos gustan las sorpresas. Esa sensación de hormigueo ante lo desconocido… Aunque, por otra parte, muchas veces no es la curiosidad la sensación protagonista, sino el ánimo de posesión: sabemos perfectamente lo que hay en la caja, lo que ansiamos es tenerlo entre nuestras manos. Eso ya es un poco más chungo, cosas de la sociedad de consumo y tal.
La empatía es la segunda emoción que se pone en juego, a mi entender la más importante. El que ve un vídeo de unboxing puede que sepa lo que hay dentro o no; lo que es seguro es que “lo verás, pero no lo catarás”; o sea, sabe que va a vivir la experiencia a través de otra persona, sentir más o menos sus mismas emociones. Es la magia de la empatía, y no encuentro nada negativo que decir sobre ello (y mira que me gusta).
Los creadores de estos vídeos, que a estas alturas se las saben todas, buscan deliberadamente activar la empatía y expectación de los espectadores: corta duración, “argumento” conocido, plano subjetivo, leve suspense, atención a los detalles del objeto… Otras veces es la expresión del “abridor” la que cobra protagonismo, en la más pura línea del expresionismo cinematográfico.
Se trata de emociones, pero también de publicidad
Sí, si todo esto está muy bien. Es lógico que nos guste vivir esas sensaciones propias de abrir un paquete, aunque sea a través de otros y en vídeo en lugar de en carne y hueso (que siempre hay menos oportunidad). Que se convierta en tendencia, sustituyendo vivencias personales reales, ya suena más enfermizo.
¿Es porque nos gustaría ser regalados todo el rato, por el fetichismo del regalo, o es que de verdad nos gusta empatizar con otras personas teniendo sensaciones de felicidad? Bueno, las sensaciones propias de abrir un regalo, placebos de felicidad. Es decir, ¿por qué no se pone de moda ver vídeos de otros momentos felices de nuestro prójimo? Reencontrando a familiares o saltando en paracaídas, por ejemplo…
Por supuesto, al final todo esto se ha convertido en un negocio. A ver si os pensáis que Disney (por ejemplo) iba a dejar pasar millones de visionados sin intentar meter baza. De ahí que estos vídeos se hayan convertido en anuncios publicitarios de dos tipos: los que venden el producto a los adultos y los que venden la emoción de los niños a los padres de otros niños.
Hay quien va más allá y relaciona todo esto con una explotación consciente del fenómeno llamado ASMR (y que recuerda bastante al cine sensorial de Un mundo feliz). Es normal sentir todo esto. Lo que no es normal es echar la mañana viendo estas chorradas, y menos todavía ponerle los vídeos a tus hijos en serie para que te dejen contestar tus whatsapps tranquilo.
FUENTES:
https://verne.elpais.com/verne/2015/05/07/articulo/1431013828_897389.html
https://www.mother.ly/parenting/science-explains-why-your-kids-love-watching-unboxing-videos